Mi reflexión de hoy gira en torno a las nuevas tecnologías y su uso generalizado en la educación. No cabe duda de que son un instrumento de gran valor, puesto que facilitan el acceso a todo tipo de información de forma casi inmediata, además favorecen el diálogo y la colaboración entre personas de distintos lugares, culturas, edades, etc. Creo que ya pocas personas cuestionan la utilidad de las TIC y la conveniencia de que se integren en la práctica cotidiana de la enseñanza. Sin embargo, hay una cuestión que no me gusta en todo esto; me da la sensación de que la enseñanza se está orientando "demasiado bien" hacia la necesidad de adaptación de la persona a la sociedad y a la satisfacción de las necesidades en el plano laboral, quedando quizá un poco olvidado lo abstracto, lo general, el saber por el gusto de saber. Creo que se está prestando demasiada atención a las competencias básicas que integrarán al individuo perfectamente en el sistema, como una pieza encaja en un puzzle. Es como si la mirada estuviera centrada en lo más inmediato, el instrumento y olvidáramos lo esencial. Me parece que también es muy importante enseñar a los niños y adolescentes a reflexionar sobre temas abstractos e incluso ser capaces de escribir sobre estas reflexiones. Todo esto ayuda a formarse opiniones, tomar conciencia de asuntos generales fuera de las prácticas cotidianas. Conozco a muchos adolescentes que cuando tienen que escribir una opinión personal sobre un tema no saben qué "deben" poner y es que realmente no saben pensar y reflexionar libremente sobre algo.
Me gustaría que, en general, se prestara más atención a esta cuestión en la educación actual a la vez que se potencia el conocimiento de las nuevas tecnologías, ya que no son cosas incompatibles.
Encuentro igual de importante (o más) ser capaz de reflexionar sobre un tema, como el ser capaz de encontrar y seleccionar información a través de las TIC.
Aprender a reflexionar.........
......para crecer.
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