Cuando hablamos del sistema educativo, de sus problemas y carencias, todos damos nuestra opinión. Políticos, educadores y padres se enzarzan en discusiones sobre las reformas necesarias que se podrían llevar a cabo. Pero, ¿sabemos qué opinan los adolescentes sobre su educación? La verdad es que no parece importar mucho a nadie, cuando en realidad ellos son la parte interesada. Seguramente esto es porque damos por hecho que no entienden, no se lo plantean y no tienen la madurez suficiente para opinar al respecto. A mí me parece que sería interesante hacerles partícipes de algún modo en los debates sobre educación, dar voz a sus sugerencias, escucharlos. Y pienso esto porque, por un lado, creo que tienen derecho a opinar, y por otro, esto haría que se implicaran en su propio desarrollo y fomentaría el espíritu participativo que tanto valor tiene en una sociedad democrática.
Queremos formar personas con espíritu crítico, capaces de participar y decidir en los asuntos que afectan a la vida en sociedad y, sin embargo, no fomentamos esto en las escuelas o institutos.
Últimamente se insiste mucho en la educación dirigida a formar ciudadanos independientes y participativos, pero este espíritu debe desarrollarse poco a poco. No aparece de repente cuando se cumplen 18 años y se es mayor de edad.
Estoy convencida de que si en los institutos se hicieran reuniones para debatir ciertos asuntos y se sometieran a votación determinados puntos sobre cuestiones menores, referidas a normas internas, por ejemplo o pequeñas reformas o proyectos, los alumnos se sentirían más integrados y se mostrarían más comprometidos con todo el proceso educativo. Todo esto repercutiría positivamente en el aprendizaje en general y en la convivencia entre profesores y alumnos.
Especialmente en la adolescencia, un etapa caracterizada por una tendencia a la rebeldía, sería conveniente que los chicos y chicas no sintieran que todas las normas les vienen impuestas sin más, sino que su opinión también se tiene en cuenta.
Tienes razón cuando dices que los jóvenes deberían participar en asuntos que afecten a su vida en sociedad. En muchos centros se llevan a cabo iniciativas de este tipo. Por ejemplo, se deciden las normas de clase entre todos y esto da buenos resultados. Saludos. Pilar
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